CERNUNNOS

El nombre de este dios celta, Cernunnos, significa "con la frente adornada con cuernos".
Fue con el hallazgo de un panel realizado hacia el 14-37 d.C. C, perteneciente a un pilar dedicado por los marineros de la ciudad de Lutetia (actual París) al dios Júpiter, que permitió conocer el nombre de Cernuns.
Era señor de los bosques y de todos los animales de cuatro patas, salvajes o domésticos, excepto los caballos. Se le representa, entre otras situaciones, con las piernas cruzadas, con una bolsa de monedas o semillas y flanqueado por un toro y un ciervo, o alimentando a dos serpientes cornudas. Es probable que el hecho de que aparezca con las piernas cruzadas tenga que ver con la costumbre que tenían los celtas de comer en esa posición. También aparece siempre con collares de oro colgando de sus cuernos, cuello o manos, para acentuar su característica de señor de las riquezas de la tierra.
El poder de Cernuns se destacó por la aparición de tres caras al mismo tiempo. Sus características distintivas son el buen oído, la longevidad, la potencia sexual y la fuerza del ciervo, así como su agilidad y el vigor que le confiere la constante regeneración de sus astas.
Este dios de la fertilidad suele ir acompañado en las representaciones de un enano con los brazos en alto, varias diosas y una serpiente con cabeza de carnero.
El Diablo, representado al igual que Cernuns en ciertos manuscritos con miniaturas iluminadas y esculturas románicas e irlandesas, puede interpretarse como una de las adaptaciones que los cristianos hicieron de temas paganos. En este caso se trataría de una alegoría de la victoria del cristianismo sobre los demonios del paganismo.
También en el sur de Europa se produjo una fusión y difusión de esta divinidad con el símbolo de la escuela mística musulmana formada por Abu-el-Ataahia, dando lugar al culto al dios cabra. La justificación de este culto es el hecho de que Abu-el-Ataahia proviene del clan Aniza, palabra que significa "cabra".