Pomba Gira Sete Saias
Imagen de Pomba Gira Sete Saias
Material: Yeso pintado a mano.
Tamaño: Aproximadamente 20 cm de alto.
Politica de seguridad
Política de entrega
Jalusa Correia era una hermosa mujer, morena de vasto cabello negro, además tenía unos magníficos ojos verdes que encantaban a todos. A los diecisiete años se casó y tuvo dos hijos, que fueron durante algún tiempo la razón de su existencia.
Cuando estaba a punto de cumplir veintitrés años, le sobrevino una tragedia, su marido y sus hijos murieron en un terrible accidente de tren y de la noche a la mañana se convirtió en una persona inmensamente triste y solitaria. Durante muchos años cargó con el peso de su conciencia por no estar con ellos en ese momento.
En privado se culpaba porque aquel fatídico día había estado gravemente enfermo y no había querido acompañarlos en el pequeño viaje que hacían cada mes al pueblo vecino.
El remordimiento la torturó como si con eso pudiera reducir el tamaño de su dolor.
Pasaron diez años hasta que Jalusa volvió a sonreír, a pesar de tener el corazón hecho jirones. Fue durante este período que Jorge apareció en su vida. El joven viudo pronto se enamoró de la mujer solitaria y encantadora. Conociendo el trauma que había experimentado, estaba segura de haber encontrado a la madre que su hija necesitaba. La pequeña Lourdes quedó huérfana desde muy temprana edad y con tan solo seis años no pudo olvidar la muerte de su madre, convirtiéndose en una niña frágil y asustada.
No pasó mucho tiempo hasta que se casaron. Al principio Jalusa fue ejemplar, como madre y esposa, de repente, sin entender el motivo, empezó a odiar a la pequeña. Lourdes la irritaba, cada palabra que decía entraba en sus oídos como una ofensa. La niña fue golpeada por cualquier cosa, fueron paletas, golpes con enredaderas y tirones de cabello que la dejaron completamente dolorida. Temerosa de contarle a su padre lo sucedido en su ausencia, Lourdes se volvía cada día más amargada y triste. Sus únicos momentos de alegría eran los paseos que daba con su padre. Cada vez que Jorge preguntaba qué estaba pasando, ella mentía diciendo que extrañaba a su madre.
El odio de Jalusa hacia la niña sólo aumentaba, cada vez que la niña se acercaba a ella, el recuerdo de sus propios hijos la atormentaba: - ¿Cómo puede una criatura tan indecente estar aquí, vivir a mi lado, y mis hermosos hijos, muertos? - Siempre fue en esos momentos cuando la chica fue más atacada.
Un día Jorge decidió dar una sorpresa y volver más temprano a casa. Mientras entraba lentamente para no ser notado, escuchó los gritos: - ¡Fuera, perra! - acompañado del sonido de una bofetada - abrió la puerta justo cuando su hija era arrojada contra una esquina de la pared. En un instante se dio cuenta de todo lo que había sucedido en su ausencia. Corrió hacia la mujer y la abofeteó con resentimiento, exigiéndole que saliera de la casa inmediatamente.
A partir de ese día, Jalusa empezó a vivir en la calle, mendigando y maldiciendo a todos los niños que pasaban por su lado. A veces lloraba mucho, pero pronto se levantaba y reía a carcajadas. En una noche de intenso frío, su espíritu fue arrancado de su cuerpo y llevado a zonas oscuras donde durante muchos años buscó respuestas a heridas pasadas en la vida. Luego de tener contacto con sus vidas pasadas, se dio cuenta de los errores que cometió en cada encarnación donde ella siempre fue la causante de grandes daños causados a los niños y suplicó ayuda para compensar sus faltas.
Hoy, con el fluido atuendo de Pomba-Gira das Sete Saias, siempre busca la manera de servir a quienes la buscan con simpatía y cariño. Quienes la conocen en tierra saben de su predilección por las madres jóvenes y del respeto que tiene por todos los niños. Finalmente está en camino hacia una gran evolución.
¡Faldas Laroiê Doña Sete!